lunes, 20 de enero de 2014



Harta de no saber si tengo oficio o beneficio, si estudio o si trabajo, si tengo alguna vocación o algo que ofrecerle al mundo, un día, cogí mi maldito bloc y mi dichoso boli, le dí un beso a mis padres y me lancé al abismo de escribir, como quien no tiene más remedio que saltar a un vacío, porque lo que le persigue y le viene achuchando es peor que la incertidumbre. Nos vemos en:
 Gestos con Historia.