viernes, 18 de marzo de 2011

urgente

00.00 - Ya estaba duchada y con el pijama puesto cuando me doy cuenta de que me duele la cabeza y no tengo aspirinas. Así que con el pelo mojado y de mala gana, me pongo unos vaqueros, un sueter de rayas con un abrigo de puntos, "total", y voy en busca de la farmacia de guardia. Me enrollo una bufanda al cuello, mas por tapar mi cara que por abirgarme y salgo a la calle. Ya en la calle me doy cuenta de que no tengo dinero encima así que voy a sacar con mi libreta de ahorros. Cuando entro en el cajero, me llevo un susto increíble porque aunque no es la primera vez que le veo, no esperaba encontrarme allí a aquel mendigo. Lo primero que inevitablemente siento es miedo. "Estoy sola, es de noche, podría forcejear conmigo y quitarme todo el dinero y la cartera o quien sabe, podría cerrar la puerta con el pestillo y violarme y aquí no se entera nadie" y... por suerte sus ronquidos interrumpieron mis paranoicos pensamientos y el hedor a alcohol que desprendía me hizo pensar que de poder levantarse no iría con tantos reflejos para armar tanto jaleo. Entonces, en mi línea de lucidez de pensamientos de la noche, decidí no hacer ruido para no despertarle. Metí la libreta con cuidado, tecleé mi número pin de forma casi imperceptible, y luego, todos los que tengan libreta de ahorros sabrán, que el proceso de sacar dinero con ella es, a los efectos sonoros, lo mismo que taladrar una pared de marmol. Miraba al mendigo y al cajero, al mendigo con miedo y pena ,al cajero enfadada. No se despertó. No sabe que estuve allí.Se habrá acostumbrado a convivir con la gente dándole lo mismo que la gente a él: INDIFERENCIA. "Espere mientras actualizamos su libreta", me dijo el cajero muy amable. Entonces, ya sin temor analicé aquella escena para comprenderla bien. Algún trabajador del banco, tuvo la "gentileza" de dejar unas cajas de cartón con el logotipo de la empresa, para que aquel señor no durmiera a ras del suelo. "Qué amables son los del Banco", -pensé- que me actualizan la libreta y le dan cartones a este señor para que duerma en el suelo". De vuelta a casa, y sin recordar qué me llevó a la calle realmente a las 00.00, empecé a pensar en el concepto de urgencia en nuestra sociedad; tenemos farmacias de guardia 24 horas, open cor`s para si a las 03.00 de la madrugada descubres que has olvidado comprar un televisor de plasma o un juego de sábanas, cajeros 24 horas para actualizar la libreta de ahorros en la madrugada... Pero qué poco sabemos del concepto urgencia, si presumimos de eso y sabemos que la gente nos duerme a ras del suelo.